Me embebo en juicios anteriores, me atrapan recuerdos frustrantes, ideas y pasos mal encaminados...Solo eso, tan mal encaminados en su momento que no me atrevía ni a darme cuenta que no he aprendido nada en este tiempo.

He intentado estar bien alerta, tanto que he perdido mi verdadera atención a lo que realmente era importante.

Centrarse tanto en un propio pasado desgasta demasiado, no valoramos un instante que se nos precia como un infinito tesoro, lo que nos aporta es demasiado sencillo para verlo con la dificultad de nuestras propias formas.

Alargo y ensayo mi propia sonrisa, la que va dentro de mí, ya veo y comprendo un poquito mejor ciertos detalles que antes me resultaba invisibles ante una absurda incomprensión, esto me anima a ser un poquito mejor, a pulir ciertas asperezas que jamás pensé que pudiera limar, un pulir contante que jamás llegara a un fin, ya que siempre te darás cuenta que es un aprendizaje continuo.

Parte de este gran ensayo al que apostamos, de este lienzo con un determinado color, que usamos en nuestros vanos intentos de alzarnos un centímetro más hacia “algo “que buscamos con impaciencia, pero que no sabríamos describir a día de hoy.

Tenemos esa necesidad absurda de intentar comprender todo los que nos pasa, como si nos negáramos a la brisa que tan fresca nos acaricia la cara, como si negándonos a la propia evidencia pudiéramos contener realmente algo.

A medida que avanzo en esta interminable locura de hechos incontrolables, en una tempestad de opiniones diversas y mundos hechos de cartón, preveo que me esperan nuevas oportunidades que brindar, nuevos detalles e instantes que poder disfrutar con mesura y pasión.

Ya que así lo siento, así lo preveo, y así lo hare, pisar fuertes en mis objetivos en el año que despunta sus primeras horas no es un dicho si no una realidad, no quiero ser nostálgico con el que ya se ha ido, una capa cae pero sobresale otra más nueva que la anterior.

Una nueva lámina donde hacer mejores trazos, ya que siempre agradecemos la experiencia del anterior, espero sepas y aprendas que solo son eso, pasos mal encaminados que tienes la capacidad de corregir, puedes elegir el camino aunque te digan lo contrario.

Olvídate de las molestias o resquemor que sentiste en un pasado, no vivas en el cuarto oscuro que se esconde de tus propias valías, simplemente relájate para lo que venga, sabrás cuando es necesario girar de dirección cuando haga falta.

Que el nuevo 2011 sea el mejor trago que puedas beber, el mejor aura con el puedas brindar y rodearte, la mejor área en la cual puedas jugar y trastocar las ideas más locas, que sea la mejor mecedora con la cual acunar al mejor de tus sueños….

…no dispongas a esperar por nadie ni por nada, el momento está ahí, solo disfrútalo.